La edad ósea es la edad de los huesos. En un
niño, este examen sirve para que el pediatra determine si tiene problemas de crecimiento. Es
muy sencillo, solo tienen que tomarle una radiografía a la mano del niño y
observar la “zona de crecimiento” o cartílagos de crecimiento.
Hace unos meses, llevé a mi hija menor al
pediatra por este motivo. Me parecía raro que aunque era de las mayores de su
salón, era de talla pequeña, sobre todo porque nosotros somos altos. El doctor
observó que su curva de crecimiento era lenta y constantemente se encontraba
muy por debajo del promedio –percentil 10 para ser exactos-.
El examen de edad ósea era el primer paso para descartar
cualquier problema.
El resultado fue que su edad ósea era un año menor que su
edad cronológica. Miré al pediatra con una gran interrogante en la cara,
pensando si esto era bueno o malo.
“Este resultado es bueno,
-me dijo-, porque significa que la talla que tiene corresponde a una niña de
4 años, no de 5, y sus huesos van a seguir creciendo durante un poco más de
tiempo de lo normal hasta alcanzar su edad cronológica. Si su edad ósea fuera
similar o mayor a su edad real, no tendría mucha `zona de crecimiento´ y
tendríamos que hacer otras evaluaciones para saber por qué y qué tratamiento
darle. Igual hay que evaluarla cada cierto tiempo para ver que se siga
desarrollando de manera normal,” me explicó.
Alivio
total. Siempre he sido de la idea de
que si notas algo que no es normal o te genera alguna sospecha, hay que hacer
algo mientras se pueda. Y en el caso del crecimiento de los niños, hay medidas
que se pueden tomar mientras son pequeños que hará más rápido o más fácil
superar esa etapa.
Ahora ya no me preocupa que hija sea pequeña por qué sé
que en algún momento alcanzará su talla normal.
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