Muchos mitos rondan alrededor de la lactancia materna, sin embargo son
sólo mitos que impiden que las madres den de lactar cómodamente a sus pequeños,
descubre cuales son falsos.
1. Hay mujeres que no
producen leche suficiente:
¡Falso! La mayoría de las mujeres producen cantidad de leche más que
suficiente. De hecho es común que exista una cantidad exagerada de leche en
algunas mujeres. La mayoría de bebés que ganan peso muy despacio o pierden peso
lo hacen no porque la mamá no tenga leche suficiente sino porque el bebé no
obtiene correctamente la leche que la mamá tiene. La razón más común para que
el bebé no consuma la leche disponible es porque no se agarra bien del pecho
materno. Por eso es muy importante que se le muestre a la mamá desde el primer
día, cómo coger el pecho de manera correcta y es importante que esto lo haga
alguien que sepa realmente cuál es la manera correcta de hacerlo.
2. Es normal que la lactancia cause
dolor: ¡Falso! A pesar de que un cierto
dolor es relativamente común en los primeros días, esto debe ser una situación
temporal que dura solo unos pocos días y no debería ser tan dolorosa que la
mamá tema seguir amamantando. Cualquier dolor que sea más que una leve molestia
es anormal y casi siempre se debe a un mal agarre del niño al pecho. Cualquier
dolor en el pezón que no mejore a partir del tercero o cuarto día o máximo al
sexto día no debe ser ignorado. La sensación de dolor que aparece cuando la
lactancia se está desarrollando de manera normal puede ser debido a una
infección en los pezones. Limitar el tiempo de amamantamiento no evita el
dolor. Quitar el bebé del pecho para que el dolor de pezón mejore debería ser
un último recurso.
3. No hay leche suficiente durante
tres o cuatro días después del nacimiento:
¡Falso! Puede parecer que es así porque el bebé no está correctamente
agarrado del pezón y por lo tanto no puede obtener de manera correcta la leche
que tiene la mamá. Cuando no hay mucha leche (cuando esto pasa es normalmente
durante los primeros días), el bebé prenderse bien al pezón para que pueda
acceder a la leche. Esto explica aquello de “ha estado en el pecho por dos
horas y aún tiene hambre cuando lo desprendo”. Si el bebé no se agarra bien al pezón
es muy difícil que sea capaz de sacar la primera leche materna llamada
calostro. Cualquier persona que sugiera que la mamá debe extraerse la leche
para saber cuánto calostro tiene no entiende nada sobre amamantar y debería ser
amablemente ignorado. Una vez que la leche sube completamente un bebé puede
prenderse mal al pecho y aun así es posible que extraiga mucha leche.
4. El bebé debe estar al pecho 20 (10,
15, 7) minutos en cada lado:
¡Falso! Sin embargo debe hacerse una distinción
entre “estar en el pecho” y “amamantarse”. Hay bebés que solo estarán prendidos
por necesidad de apego y hay otros que estarán alimentándose y no hay límite de
tiempo, sino que dependerá de la correcta succión del bebé y que sacie su
hambre.
5. Un bebé amamantado necesita tomar
agua en climas calientes:
¡Falso! La leche materna contiene toda el agua que
el bebé necesita.
6. Un bebé amamantado necesita
vitamina D extra:
¡Falso! Todo el mundo necesita vitamina D. La leche de fórmula la tiene de fábrica. El bebé
nace con su hígado lleno de vitamina D y las actividades al aire libre permiten
al niño obtener la vitamina D directamente de los rayos del sol aún en
invierno. No es necesario exponerlo todos los días ni por períodos muy largos.
La vitamina D es una vitamina soluble en grasa y se almacena en el cuerpo. En
algunas circunstancias (por ejemplo cuando la madre tuvo déficit de vitamina D
durante el embarazo) puede ser prudente ofrecer al bebé un suplemento de
vitamina D. Exponer al bebé a la luz del sol a través de una ventana cerrada no
es un método eficiente para que el bebé obtenga más vitamina D.
7. La mamá debe lavar sus pezones cada
vez que va a amamantar al bebé:
¡Falso! La alimentación por medio de fórmula
requiere una cuidadosa atención con respecto a la limpieza ya que la fórmula no
sólo no protege al bebé contra infecciones sino que también es un excelente
medio para el crecimiento de bacterias y puede ser fácilmente contaminada. Por
el contrario, la leche materna protege al bebé contra infecciones. Lavar los
pezones antes de amamantar es innecesario y complicado y además quita del pezón
aceites naturales protectores y reseca la piel produciendo grietas (suficiente
con el baño diario).
8. Extraerse la leche es una buena
manera de saber cuánta leche tiene la mamá:
¡Falso! La cantidad
de leche que pueda ser extraída depende de muchos factores, incluyendo el nivel
de estrés de la mamá. Si el bebé que es correctamente puesto al pecho puede
obtener mucha más leche que la que se pueda extraer por medio de un saca leches.
Extraerte leche sólo te puede decir cuánta leche puedes extraerte.