27 septiembre, 2011

Menú ideal en el embarazo

La alimentación en el embarazo tiene que ser equilibrada. Por esta razón, es aconsejable incluir en la dieta diaria de la embarazada fruta fresca, productos lácteos, a ser posible poco grasientos, verduras, hidratos de carbono de absorción lenta, proteínas y cereales. 
El consumo de azúcares o de grasas saturadas debe ser limitado durante el embarazo. Te proponemos un menú (desayuno, comida y cena) que favorecerá el desarrollo adecuado de tu futuro bebé, así como tu propio bienestar.

Cuando coma carne, asegúrese de que esté muy hecha y procure no tomar alimentos poco curados como jamón, chorizo u otros embutidos, ya que pueden transmitir toxoplasmosis al feto, ocasionándole graves daños en el cerebro o provocándole una ceguera.

La embarazada puede que en ocasiones rechace alimentos que antes consumía sin problemas. Se trata de una reacción frecuente en la gestación que no tiene mayor importancia. En ningún caso se debe forzar el consumo de alimentos que no se toleran.

El desayuno
Una infusión, acompañada de un zumo de frutas frescas y una tostada de pan integral. Se puede alternar con un yogur desnatado o queso fresco y un tazón de cereales con leche.
Si sufres mareos o náuseas durante los primeros meses, lo mejor es desayunar en la cama y esperar una media hora antes de levantarse.

El almuerzo
El menú debe ser variado. En invierno se pueden consumir legumbres como lentejas, judías y garbanzos. En verano, una buena ensalada de verduras frescas, de pasta o de arroz, siempre aliñada con aceite de oliva y con un chorro de limón natural.
De segundo plato, no se deben olvidar la carne o el pescado, ricos en proteínas y esenciales para el desarrollo del feto.
De postre, una pieza de fruta cruda, bien lavada y pelada. Se puede tomar también queso con un poco de miel y, ocasionalmente, algún dulce como pasteles, bombones o un trozo de tarta.

La cena
Los huevos son ricos en vitaminas. En tortilla francesa, pasados por agua o cocidos resultan muy adecuados por la noche.
Para evitar una sensación de pesadez y una mala digestión después de la cena, es conveniente tomar alimentos ligeros como judías verdes, espinacas o acelgas. Estas verduras se pueden acompañar con una patata cocida. Antes de acostarse se puede beber un vaso de leche descremada. Durante el embarazo se recomienda la ingestión diaria de un litro de leche o una cantidad similar de derivados lácteos.