Como ya les he contado, mi
familia somos 4, el capitán de la nave es mi bello esposo, nuestros hijos
concho y poncho, es decir, Diego y Rafael y la reina de casa que soy yo.
Diego ya tiene 9 años y aunque
come casi todo, también tiene sus preferencias y sus diferencias con respecto a
la comida. Rafael recién está empezando a comer y aunque son muy pocos los alimentos
que ha probado ya muestra preferencia por los sabores.
Primero les cuento que a ninguno
de los dos los he obligado a comer, quizás por el recuerdo que tengo de mi
infancia donde pasaba horas sentada en la mesa sufriendo deseando que ocurriera
un terremoto o algo así para no tener que comer la comida que no me gustaba, ya
que esa era la única manera de escapar del regaño de mi mamá y al final su
técnica no dio tanto resultado porque hoy día soy bien complicada para comer.
Pero bueno les cuento primero
como fue con Diego, el mayor. Con Diego la verdad me fue muy fácil empezar la
alimentación ya que siempre ha sido un niño que le encanta explorar y probar
cosas nuevas, a parte también es súper glotón, aunque también tuvo sus etapas
de mal comer, como todos.
Yo siempre he pensado que un niño no muere de hambre
teniendo comida cerca, así que si no quería comer su comida le retiraba el
plato y le hacía entender que tiene que esperar hasta la siguiente comida,
nunca caí en el error de prepararle otra comida especial u obligarle a comer, a
veces cuando me sentía muy angustiada porque no había comido, solo dejaba una
fruta o un poco de leche o yogurt a su alcance para que el mismo lo tomara y no
verme en la tarea de ofrecerle, para no contradecirme. Hasta ahora siento que
me ha funcionada muy bien, ya que es un niño muy sano y se alimenta muy bien.
El otro día mi cuñado escucho cuando Diego me preguntaba si podía dejar el puré
y comer solo el pollo ya que el puré no le agrada del todo, yo le respondí que
no hay problema pero que a cambio tomara un poco de sopa.
Mi cuñado enseguida
me pregunto, Blanca ¿tú crees que está bien dejar que el decida?, ¿no crees que
eres tu quien debe decidir y hacer que él coma de todo lo que está en la mesa?,
yo le pregunte ¿porque haría yo eso? Y me puso el ejemplo de que pasaría si él tiene
que ir a otra casa y no come lo que le sirvan, eso sería vergonzoso, me dijo;
yo le dije que vergonzoso es que diga malas palabras o que se comporte mal, en
fin ambos coincidimos que cada quien tiene una manera particular de educar a
los hijos y hasta ahora la mía me ha funcionado bien.
Con respecto a Rafael algunas
veces me cuesta un poco hacer que se termine su papilla, en este caso es
diferente porque por ser bebé es necesario que tenga un aporte diario mínimo de
alimentación, entonces me ves a mí cantando, bailando (literalmente) buscando
cualquier juguete nuevo que lo entretenga y muchas veces cambiando de ambiente,
para distraerlo y lograr que coma su comida, sin llegar a obligarlo y sobre
todo manteniendo la calma porque tengo la tranquilidad de poseer mi arma
secreta para esos días que no come bien “LA CHICHI”.