¡Y lo mejor! Se trabajan los
vínculos con tu bebé y afianzas los lazos de amor familiar.
Los masajes en los pies resultan especialmente relajantes para los más pequeños, porque los estimulan zonas sobre las que, al no andar, nunca ejercen presión. Gracias a ellos los bebés reducen su nivel de estrés, se muestran menos irritables y a los padres les es más sencillo regular sus horarios.
Todo
ello, a su vez, hace que los niños gasten menos calorías, lo que se traduce en un rápido incremento de peso. Fíjate si esto es así, que hay
hospitales en los que recomiendan a los padres que masajeen los pies a sus
bebés, para que éstos cojan peso más deprisa y puedan marcharse antes a casa.
Según datos médicos, los prematuros que disfrutan de este tipo de masajes llegan a ganar hasta un 40% más de peso que
los que no los reciben.
Algunos masajistas y médicos
naturistas aseguran que los masajes en los pies contribuyen a aliviar el dolor
de estómago.
Terminar el día dando al bebé un
masaje en los pies le ayuda a dormir mejor. Hacerle cosquillas en ellos le pone
en marcha para empezar el día.
Ponerle un pie encima del otro y
viceversa es un ejercicio que mejora su coordinación corporal.
