Cuando los bebés nacen siempre
recibes consejos acerca de la mejor manera de criarlos y es impresionante como
la gente sigue recomendando que no los cargues porque después no podrás dejar
de hacerlo.
Pues sí, el
llevar a los bebés en brazos es adictivo y es la mejor fórmula para papás e
hijos. Los niños necesitan los brazos de los padres siempre pero la realidad es
que crecen y llega un momento que nuestros brazos ya no son tan necesarios.
Nuestros brazos deben estar abiertos
para nuestros hijos y ellos deben sentirse seguros de acudir a ellos cuando
quieran, cuando tengan hambre, sueño, necesiten consuelo o simplemente quieran
un lugar cálido y seguro.
Los bebés, más que nadie,
necesitan el contacto físico y el lugar ideal para los pequeños son los brazos
de papá o mamá. Yo tuve la suerte de recibir el mejor consejo: cárgalos y
abrázalos todo el tiempo que puedas, crecen demasiado rápido.
El cariño que reciben los bebés y
los niños pequeños no los malcría, por el contrario, les da seguridad y bases
para cuando llegue el momento en el que quieran ser independientes.
Un bebé pasa nueve meses en el
vientre de la madre y al nacer necesita los brazos de mamá y papá para estar
bien, esos brazos que significan confort, amor, calor, consuelo y diversión.
Los niños crecen en un abrir de ojos y cerrar de ojos así que abraza a tus
hijos y sostenlos en tus brazos hasta que ellos decidan que quieren crecer.
Y cuándo los niños van creciendo
no te olvides de ofrecerle tus brazos, siempre los necesitan y aunque llega una
edad que prefieren jugar, siempre hay un momento del día en el que no hay como
los brazos de mamá para descansar, contar una historia o simplemente recibir
amor.
Abraza a tus hijos intensamente
para prepararlos al tiempo de partida, nunca te arrepentirás.