Tomar la decisión de hacer un
alto en mi vida profesional y laboral para vivir por todo lo alto y al 100% mis
sueños personales, para muchas personas esto suena como detenerte o atrasarte,
y no te niego que al principio sentí miedo, pero una de mis filosofías de vida
siempre ha sido que hay arriesgar para poder ganar, y en este caso me siento
ganadora. Más que eso, me siento feliz, plena, en paz, agradecida y bendecida
de haber tomado la decisión de arriesgarme a este cambio.
Este año sin trabajar, realmente
fue el año más productivo, porque trabaje en mí, trabaje en mi vida, trabaje en
consolidar las bases de mi relación, ayudar a mi hijo en su proceso de
adaptación a nuestra nueva vida, en vivir mi gestación en calma, en armonía y
feliz disfrutando cada cambio de mi cuerpo, viendo crecer mi barriga y
preparándome para recibir a el nuevo integrante de nuestra familia.
Tantos años pase deseando ser
mamá nuevamente, que ha sido un placer disfrutar cada día esta experiencia,
estos últimos casi 6 meses he vivido intensamente todo el amor que desborda mi
corazón, en cada sonrisa, cada gesto, cada nuevo descubrimiento.
También he descubierto una nueva faceta de mi hijo
mayor, la de hermano, es el mejor hermano de todos, he crecido como persona, he
aprendido de mis errores, he valorado a mi pareja en cada uno de sus detalles,
he saboreado lentamente una buena taza de chocolate, en fin, creo que mis días
ahora no pasan tan rápido sin darme tiempo de gradecer cada mañana al despertar
por un nuevo día.
Seguro pensaran que solo escribo
la parte bonita; y es que hoy que es el último día del año, como ya es
costumbre para mí, siempre hago un recuento de lo que fue este año y que logre,
luego hago una lista de mis metas para el siguiente año, es una manera de
rendirme cuentas a mí misma sobre mis propósitos y hoy cuando hago mi recuento
solo vienen a mi mente recuerdos hermosos de este año, mi aniversario de
novios, el día que me entere el sexo de Rafael, el primer día de colegio de
Diego, la primera patadita en mi vientre, la visita de mi mamá, el nacimiento
de Rafael, son tantos los momentos felices que si hubo por ahí alguna lagrima,
la verdad no la recuerdo.
Gracias 2014, te pasaste, fuiste
un gran año, nunca te olvidare, bienvenido 2015 espero que seas tan bueno o
mejor.
A mi mamitas seguidoras y
compañeras de vivencias en este alocado mundo de ser mamás, mil gracias por
dejarme entrar en sus vidas a través de esta pequeña ventanita, con honestidad
puedo decir que esta pequeña labor llena mi alma y me complementa. Este nuevo
año las espero con nuevas sorpresas.
Feliz año nuevo
Blanca Valera.